Palabras cerca de las 8 de la noche.

¿Qué diablos estoy haciendo? Han sido los 2 meses más horribles de mis cortos quince anos y 10 meses de vida (¡Ya que no recuerdo otros momentos peores!) Y aquí estoy, lamentándome de lo que jamás hice, lamentándome de tan sólo vivir mi vida dentro de la cabeza, soñando en lo que perfecto sería si…

¡Que sería sí! Una expresión que últimamente ha frecuentado muchísimos mis extraños pensamientos, mi manera de actuar cuidadosa, mi maldita visión cerrada de la vida.

Debería haber dicho la verdad, que ahora me duele tanto aceptarla, desde un comienzo.

No debí jamás comportarme como la cobarde que ahora estoy siendo, aceptando una realidad. Aceptándolo tardíamente, Cuando ya no hay nada que más que hacer, cuando ya todas las alternativas ya sean sensatas o locas, se esfumaron de un dos por tres.

No se deben desaprovechar las oportunidades que nosotros mismos forjamos. Es una cosa que me quedó bastante clara. Y yo diría que: Extremadamente clara, cosa que me asusta, por que probablemente no tenga muchas cosas claras en este minuto.

Todo es incierto, y al otro día nada parece así, pero dormimos, volvimos a despertar, comenzamos un nuevo día y sí… adivinen que, Todo nuevamente se torna incierto. No hay nada asegurado, sólo sé que existen muchas oportunidades, muchas opciones para que la vida tome un rumbo, un sentido. Ni digo que todo esté totalmente planificado, ya que eso es mentira, la vida se vive, de la vida se aprende, y los errores presentes hacen que probablemente en un futuro cercano no los volvamos a cometer, y bien… si en el caso de que se cometan nuevamente, estamos un poco más preparados para afrontarlos, y tratar de aprender nuevamente con otro de los tantos obstáculos que nosotros mismos ponemos.

Chau.